Invertir en activos financieros: todo lo que debes saber

La inversión es una de las herramientas más potentes para hacer crecer tus ahorros y asegurar nuestro futuro financiero. Sin embargo, para invertir de manera inteligente y rentable, no sólo se requiere de dinero, sino también ciertos conocimientos sobre los diferentes activos financieros disponibles actualmente y cómo se comportan en distintas condiciones económicas. Y es que cada uno de ellos cuenta con sus propias características, niveles de riesgo y rentabilidad.

Por este motivo, es muy importante formarse y realizar una investigación exhaustiva antes de tomar cualquier decisión financiera. De esta forma, podrás crear una cuenta de inversiones diversificada adaptada a tus objetivos financieros y a tu tolerancia al riesgo, maximizando así tus posibilidades de éxito a largo plazo.

¿Qué son los activos financieros?

Los activos financieros son herramientas fundamentales en el mundo de la inversión, permitiendo obtener una rentabilidad pasiva de nuestros ahorros. Al adquirir un activo financiero, el comprador se está asegurando los derechos sobre un bien tangible o un compromiso futuro de pago, lo que puede traducirse en intereses, dividendos o ganancias de capital, en función del tipo de activo que elijas.

Es importante destacar que estos activos se negocian en los mercados financieros, donde se establecen los precios teniendo en cuenta la oferta y la demanda.

En la actualidad, existe una amplia variedad de productos financieros que nos brindan la oportunidad de diversificar nuestro dinero y ajustar nuestra estrategia en función de nuestros objetivos, nuestra tolerancia al riesgo y las características de cada activo.

Por eso, a la hora de valorar el tipo de activo para invertir, es muy importante entender cómo funcionan y cómo pueden contribuir al crecimiento de nuestro patrimonio a largo plazo.

¿Cómo funcionan los activos financieros?

Los activos financieros funcionan como medios de inversión que permiten a los individuos y empresas participar en los mercados financieros y obtener rendimientos sobre sus ahorros A continuación, te explicamos algunas características comunes de los activos financieros:

1. Rentabilidad: los activos financieros permiten generar ingresos y obtener rendimientos sobre la inversión. Esto puede ser en forma de intereses, dividendos, ganancias de capital o cualquier otra forma de retorno financiero.

2. Riesgo: cualquier activo financiero conlleva un riesgo. El nivel de riesgo varía según el tipo de activo y las condiciones de la economía. Algunos activos, como las acciones, pueden ser más volátiles, mientras que otros, como la deuda pública, pueden ser más seguros pero ofrecer una rentabilidad más baja.

3. Liquidez: se refiere a la facilidad con la que un activo puede convertirse en efectivo sin pérdida significativa de valor. Algunos activos, como las acciones de empresas públicas, son altamente líquidos y pueden venderse rápidamente en el mercado abierto. Otros, como los bienes raíces, pueden tener una liquidez más limitada y requerir más tiempo y esfuerzo para convertirse en efectivo.

4. Diversificación: la diversificación es una herramienta fundamental para reducir el riesgo al invertir en activos financieros. Al contar con diferentes activos, el inversor está menos expuestos a circunstancias adversas en un sector concreto de la economía y puede proteger mejor su dinero de pérdidas significativas.

5. Plazo: cada activo puede tener un plazo de inversión diferente, pudiendo encontrar desde activos a corto plazo, como certificados de depósito, hasta activos a largo plazo, como acciones, deuda pública o bienes raíces. Este plazo puede influir en la volatilidad, la rentabilidad y las operaciones del comprador.

6. Regulación: los activos financieros pueden estar sujetos a regulaciones gubernamentales y normativas específicas. Por ejemplo, los bonos pueden estar sujetos a regulaciones de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) en los Estados Unidos, mientras que las acciones pueden estar sujetas a regulaciones de la bolsa de valores donde se negocian.

Tipos de activos financieros

Actualmente, existen distintos tipos de activos financieros, cada uno con sus propias características y niveles de riesgo y rentabilidad. A continuación te explicamos algunas de las opciones más comunes:

1. Depósitos de renta fija

Los depósitos de renta fija son aquellos que ofrecen pagos de intereses regulares y la devolución del dinero invertido en un plazo determinado, como pueden ser los bonos o la adquisición de deuda pública.

Una de las principales ventajas de la renta fija es que los inversores pueden contar con un flujo de ingresos predecible y una mayor seguridad en cuanto al retorno de su inversión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la rentabilidad de este tipo de activo puede variar mucho debido a los cambios en los tipos de interés y la calificación crediticia del emisor.

2. Depósitos de renta variable

A diferencia de la renta fija, la renta variable no garantiza pagos fijos. Las acciones son el ejemplo más popular de esta clase de activo, donde el comprador toma partido de los beneficios y pérdidas del emisor.

Los depósitos de renta variable pueden ofrecer una rentabilidad más alta en comparación con la renta fija, pero también conlleva un mayor riesgo. La volatilidad del mercado y los cambios en la economía pueden afectar significativamente el precio de las acciones, por lo que es importante tener una planificación a largo plazo y diversificar nuestro dinero.

3. Materias primas

Las materias primas incluyen productos básicos como petróleo, oro o plata, por ejemplo. Este tipo de inversión puede ser una forma de diversificar y protegerse contra la inflación.
A diferencia de otros activos financieros, su valor está influenciado por factores como la oferta y la demanda globales, los cambios geopolíticos y los eventos climáticos.

Podemos acceder a las materias primas a través de futuros, fondos cotizados en bolsa (ETF) o directamente comprando y almacenando el producto físico.

4. Fondos de inversión

Los fondos de inversión son vehículos de inversión que reúnen el dinero de varios inversores para comprar una cartera diversificada de activos. Normalmente, son gestionados por profesionales que toman decisiones en nombre de los propietarios.

Estos productos ofrecen acceso a un amplio abanico de activos, incluyendo acciones, bonos, materias primas y otros instrumentos financieros. De esta forma, podemos beneficiarnos de la diversificación instantánea y la gestión profesional, reduciendo el riesgo y maximizando el retorno potencial de la inversión. No obstante, es importante investigar y elegir cuidadosamente los depósitos que mejor se ajusten a tus objetivos y que te ofrezcan mayor rentabilidad.

5. Derivados

Los derivados son productos financieros cuyo valor está determinado por el valor de un activo subyacente, como acciones, bonos, divisas, commodities o índices. Los derivados pueden tomar varias formas, como futuros, opciones, swaps y forwards.

  • Futuros: obligan al emisor y al comprador a la adquisición o venta de un activo subyacente a un precio acordado en un plazo futuro específico. Por lo general, se usan para cubrir riesgos o especular sobre movimientos futuros de precios.
  • Opciones: otorgan al titular el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender el activo a un precio determinado en un plazo futuro, ofreciendo la posibilidad de obtener una rentabilidad muy interesante con movimientos de precios favorables con un riesgo de pérdida limitado.
  • Swaps: son contratos en los que el emisor y el comprador intercambian flujos de efectivo basados en diferentes productos financieros. Suelen utilizarse para modificar la exposición a ciertos riesgos financieros, como tasas de interés o tipos de cambio.

6. Bienes Raíces

Invertir en bienes raíces es una opción que implica comprar, poseer y gestionar inmuebles con el objetivo de generar ingresos y/o apreciación del dinero a lo largo del tiempo, pudiendo incluir propiedades residenciales, comerciales e industriales, así como terrenos y desarrollos inmobiliarios.

  • Propiedades residenciales: invertir en propiedades residenciales implica la compra de viviendas unifamiliares, condominios, apartamentos u otras unidades de alquiler con el objetivo de generar ingresos por alquiler y apreciación del valor de la propiedad.
  • Propiedades comerciales: las propiedades comerciales incluyen edificios de oficinas, locales comerciales, centros comerciales y otros espacios utilizados con fines comerciales. Los propietarios pueden beneficiarse de alquileres más altos y contratos de arrendamiento a largo plazo en este sector.
  • Desarrollos inmobiliarios: invertir en desarrollos inmobiliarios implica la compra de terrenos y la construcción de nuevos proyectos, como viviendas, complejos comerciales o complejos turísticos. Este tipo de activo puede ofrecer una alta rentabilidad, pero también conlleva un mayor riesgo y una inversión a largo plazo.

¿Por qué invertir en activos financieros?

Invertir en activos financieros ofrece diversas ventajas que pueden ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos financieros a largo plazo:

Potencial de rentabilidad

Los activos financieros ofrecen la oportunidad de obtener una rentabilidad superior a los instrumentos de ahorro tradicionales, como cuentas de ahorro o certificados de depósito. Al invertir en activos como acciones, bonos o fondos de inversión, los inversores pueden beneficiarse de ganancias de capital, dividendos e intereses que pueden aumentar significativamente su riqueza a lo largo del tiempo.

Aunque estos activos también conllevan riesgos, como el estado y la evolución de la economía, el potencial de rentabilidad a largo plazo suele ser mayor que el de los productos de ahorro de bajo riesgo.

  • Por ejemplo, en el caso de las acciones, los inversores pueden beneficiarse de un aumento del precio de las participaciones conforme la empresa va creciendo y generando beneficios. Además, muchas empresas también reparten parte de los dividendos a sus accionistas, proporcionando un flujo de dinero adicional.
  • Por otro lado, los bonos ofrecen pagos regulares de intereses y devolución del dinero invertido al vencimiento de los mismos, lo que puede proporcionar ingresos estables a lo largo del tiempo.
  • Por su parte, los fondos de inversión pueden ofrecer una combinación de crecimiento y diversificación al invertir en un conjunto diversificado de activos seleccionado por profesionales.

Diversificación

Invertir en diferentes tipos de activos financieros es una opción muy recomendable que puede ayudar a reducir el riesgo de pérdida al distribuir tu inversión en diferentes tipos de activos y mercados.

Al tener muchos activos con distintas características y que reaccionan de manera distinta a las circunstancias económicas, los inversores pueden protegerse contra la volatilidad, la inflación y las pérdidas significativas en sector económico en particular.

Pongamos por caso que un inversor centra la mayoría de sus actividades en participaciones de una única entidad. Si ésta sufre dificultades financieras, podría enfrentarse a importantes pérdidas. Sin embargo, si el mismo inversor diversifica su dinero, las pérdidas en un área pueden ser compensadas por una mayor rentabilidad en otros sectores. De esta forma, es posible reducir la volatilidad y mejorar la estabilidad general de su dinero.

Liquidez

Muchos activos financieros, como las acciones y los bonos, son fácilmente convertibles en efectivo, lo que nos brinda la flexibilidad de acceder a nuestro dinero en cualquier momento. La liquidez permite a los inversores responder rápidamente a los cambios que se produzcan en su situación financiera o aprovechar oportunidades de inversión que puedan surgir.

Además, saber que podemos acceder a nuestro dinero en caso de necesidad, siempre proporciona tranquilidad financiera, lo que puede ser crucial en situaciones de emergencia o cuando se presentan oportunidades de inversión a corto plazo.

Acceso a oportunidades globales y diversificación internacional

Invertir en este tipo de producto nos permite acceder a una amplia variedad de opciones de inversión a nivel global. A través de instrumentos como fondos mutuos, ETFs y acciones internacionales, podemos diversificar nuestro dinero y obtener una mayor rentabilidad más allá de las fronteras nacionales y aprovechar el potencial de crecimiento de economías emergentes y mercados internacionales.

La diversificación internacional puede ayudar a reducir el riesgo de invertir en un único mercado o región geográfica, permitiéndonos reducir las fluctuaciones de la economía local y aumentar la estabilidad de tu inversión en general.

Además, la diversificación internacional puede proporcionar acceso a sectores que pueden no estar disponibles en el propio país, lo que te permite aprovechar oportunidades de inversión adicionales y maximizar las rentabilidades de tus inversiones a nivel global.

¿Cómo invertir en activos financieros?

Ahora que ya conoces cada tipo de activo financiero y cuáles son sus características, llega la gran pregunta: ¿Cómo invertir en activos financieros? Aunque puede parecer intimidante al principio, con la orientación adecuada y un plan sólido, es posible empezar a construir una cartera de inversión que nos proporcione una buena rentabilidad. En este sentido, a continuación te explicamos algunos de los aspectos que debes tener en cuenta antes de empezar:

1. Conoce las características de cada activo

Cuanta más información tengas sobre tus activos, mejor preparado estarás para tomar decisiones sobre tu dinero. Por eso, antes de invertir en cualquier activo, es recomendable dedicar tiempo a entender en qué estás invirtiendo y cómo funciona ese activo en particular. Esto implica investigar su rendimiento histórico, sus factores de riesgo y los factores que pueden afectar su valor en el futuro.

Por ejemplo, si te estás planteando invertir parte de tu dinero en acciones, investiga la empresa emisora, su sector, su posición en el mercado y su historial de ganancias y crecimiento.

2. Establece tus objetivos

Antes de comenzar a invertir, debes tener muy claros tus objetivos tanto a corto plazo como a largo plazo. ¿Estás invirtiendo para la jubilación, los estudios de tus hijos o la compra de una casa? Establecer objetivos claros te ayudará a definir tu plan de inversión y a mantener un enfoque disciplinado a lo largo del tiempo. Además, te permitirá medir tu progreso y ajustar el estado de tus inversiones cuando sea necesario.

3. Evalúa tu tolerancia al riesgo

Todos los inversores tienen un nivel diferente de tolerancia al riesgo. Es importante que determines qué nivel de riesgo estás dispuesto a asumir y qué tipo de activo es más adecuado para tu perfil.

Si eres más conservador, puede que prefieras activos de renta fija que ofrecen pagos regulares de intereses y una mayor seguridad de capital. Pero si tienes una mayor tolerancia al riesgo, puede ser interesante invertir en acciones de empresa o en cualquier otro activo de renta variable con un mayor potencial de rentabilidad pero más volátil.

4. Investiga y diversifica

No pongas todos tus huevos en una sola canasta. Realiza una investigación exhaustiva sobre los diferentes tipos de activos financieros disponibles y diversifica tu dinero para minimizar el riesgo. De esta forma, podrás reducir la volatilidad y proteger tu inversión contra posibles pérdidas en un sector concreto y maximizar las rentabilidades de tus inversiones.

5. Mantente informado

El mundo de las inversiones está en constante cambio. Mantente al día con las noticias financieras y las tendencias económicas para tomar decisiones más inteligentes. Estar informado te ayudará a identificar oportunidades de inversión y a evitar posibles riesgos. Además, es recomendable seguir de cerca la evolución de nuestros activos y revisar regularmente tu plan de inversión para asegurarnos de que nos está reportando el rendimiento esperado.

6. Busca asesoramiento profesional

Si no cuentas con una buena base de conocimientos financieros, puede ser recomendable contratar los servicios de un asesor que pueda ayudarte a evaluar tu situación financiera, a establecer metas realistas y a desarrollar un plan de inversión personalizado adaptado a tus necesidades. Además, un asesor puede proporcionarte un seguimiento constante y ajustar tu estrategia de inversión cuando sea necesario para garantizar que estés en el camino correcto para alcanzar tus objetivos financieros a largo plazo.

7. Revisa y ajusta regularmente tu estrategia de inversión

El mundo de las inversiones está en constante cambio, por lo que es importante revisar regularmente tu estrategia de inversión y ajustarla cuando sea necesario, lo que puede implicar rebalancear tus inversiones para mantener tu asignación de activos objetivo, añadir o eliminar activos según vayan cambiando tus objetivos financieros o las condiciones del mercado, y aprovechar las nuevas oportunidades de inversión que puedan surgir. Mantente al día de las noticias financieras y las tendencias del mercado para asegurarte de que estás tomando las mejores decisiones.

8. Controla tus emociones

En el mundo de las inversiones, las emociones pueden ser nuestro peor enemigo. El miedo y la codicia pueden llevarnos a tomar decisiones irracionales que pueden perjudicar nuestro rendimiento financiero a largo plazo, por lo que es importante mantener la calma y la disciplina, incluso cuando el mercado se vuelva volátil o las cosas no salgan como teníamos planeado.
No pierdas de vista tus objetivos financieros a largo plazo y no te dejes llevar por el pánico o la euforia del momento. Recuerda siempre que cualquier inversión requiere un enfoque racional y bien planificado a lo largo del tiempo.

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