Guía completa para invertir en ETF

En la actualidad, uno de los productos de inversión más atractivos son los ETF o fondos cotizados en bolsa. Una tendencia que ha ido ganando cada vez más popularidad en los últimos años debido a la gran flexibilidad que ofrecen.

Sin embargo, como con cualquier inversión, es importante saber cómo funcionan, los riesgos que conllevan y cuáles son las estrategias más eficaces para obtener el máximo beneficio.

Pero, ¿qué son exactamente los ETF? A continuación, te explicamos cómo funcionan, por qué deberías incluirlos en tu cartera de inversión y cómo invertir en ellos, de manera que puedas tener toda la información necesaria para tomar las decisiones más acertadas. 

¿Qué son los ETF o fondos de inversión cotizados?

Los ETF son fondos cotizados en bolsa (Exchange Traded Fund) que se compran y se venden en una bolsa de valores, tal y como se hace con las acciones. A diferencia de los fondos de inversión tradicionales, los ETF nos permiten comprar y vender participaciones, lo que los hace mucho más flexibles.

En otras palabras, es un tipo de fondo que sigue el comportamiento de un índice (como el IBEX 35, el S&P 500, el Dow Jones o el NASDAQ 100), una materia prima (como el oro o el petróleo) o incluso bonos y otros productos. Esto significa que, al invertir en un ETF, no estás comprando activos individuales, sino una cesta de productos que replican un índice o industria concreta. Gracias a lo cual, podemos diversificar y reducir los riesgos con respecto a las acciones individuales de la bolsa.

Por ejemplo, si decides invertir en un ETF que sigue el índice S&P 500, estarás invirtiendo en las 500 empresas más grandes de EE. UU. Sin necesidad de tener que comprar participaciones en la bolsa de valores de forma individual.

Con lo cual, podemos acceder a un amplia gama de activos sin tener que seleccionar o gestionar cada uno de ellos de forma individual, lo que nos permite aprovechar mejor las oportunidades del mercado.

¿Cómo funcionan los ETF?

Si entiendes cómo se estructuran los ETF, su funcionamiento es relativamente sencillo. Como acabamos de explicar, este tipo de fondos replican el comportamiento de un índice o conjunto de activos. Se encuentran formados por participaciones de los activos subyacentes, permitiendo que el precio se ajuste a las fluctuaciones de esos activos.

Los ETF se compran y se venden en la bolsa durante las horas de actividad, de forma parecida a una acción, aprovechando las fluctuaciones del mercado en tiempo real. 

Pero no sólo ofrecen una gran flexibilidad, sino que además, gracias a su gestión pasiva, suelen ser más baratos que los fondos de inversión tradicionales.

Otra de las grandes ventajas de los fondos cotizados es que ofrecen una exposición a un índice completo, lo que quiere decir que tu dinero estará repartido entre algunas de las principales empresas de todo el mundo, permitiéndote diversificar considerablemente tu inversión.

Por ejemplo, si el S&P 500 sube un 1%, el ETF que replica este índice probablemente también subirá un 1%. Sin embargo, si el índice baja, tu inversión en el ETF también disminuirá. 

Esto es precisamente lo que los hace ideales para aquellos que quieren diversificar y acceder a mercados más amplios, sin necesidad de tener que elegir nosotros mismos los activos en los que queremos invertir.

Ventajas de invertir en fondos cotizados

Si estás pensando en invertir en fondos cotizados, hay una serie de ventajas que los convierten en una opción muy atractiva. 

Posibilidad de diversificar tus fondos

Una de las mayores ventajas de invertir en ETFs es la posibilidad de diversificar tus fondos. Al comprar un ETF, no sólo estarás invirtiendo en una única empresa o activo, sino en una cartera con diferentes activos, como acciones de la bolsa, bonos o incluso metales preciosos. 

De esta forma, podemos reducir considerablemente los riesgos, sin que nuestras inversiones se vean afectadas tan significativamente por las fluctuaciones económicas de un único activo. Por ejemplo, si una industria en concreto no se está comportando como esperábamos, pero nuestra cartera de ETF incluye otros sectores con mejores rendimientos, estaremos limitando el impacto negativo. 

Con lo cual, pueden ser una excelente opción para aquellos inversores que quieren evitar la exposición a ciertos riesgos y, al mismo tiempo, seguir obteniendo un buen rendimiento del mercado en su conjunto.

Los ETFs suelen tener precios bajos

Otra ventaja destacada de los ETFs son sus comisiones y su bajo coste. En comparación con los fondos de inversión tradicionales, suelen tener tarifas de gestión mucho más reducidas. 

Esto se debe a que siguen una gestión pasiva, replicando el comportamiento de un índice concreto, sin la intervención de un gestor activo que elija y compre activos de forma selectiva, lo que reduce considerablemente los gastos operativos. 

Gracias a ello, los inversores disfrutan de una mayor rentabilidad, ya que los precios iniciales son mucho más bajos, lo que los convierte en una opción atractiva para evitar que las comisiones resten valor a los beneficios.

Los ETFs son un activo con gran liquidez

Otra de las principales ventajas de los ETF es la liquidez, lo que los hace ideales para aquellos que buscan aprovechar las variaciones de mercado a corto plazo o gestionar sus inversiones de manera más dinámica.

Los fondos de inversión tradicionales pueden comprarse o venderse al final de la jornada. En cambio, los ETFs se negocian en tiempo real en las bolsas de valores. 

Con lo cual, podemos proceder a la compra y venta de los mismos en cualquier momento durante las horas de mercado, proporcionándonos una mayor flexibilidad y control sobre nuestras inversiones. Si el mercado está experimentando fluctuaciones o queremos ajustar rápidamente nuestra cartera, podemos hacerlo más fácilmente.

Transparencia

Los ETFs también son muy interesantes por su transparencia. Las plataformas de inversión proporcionan información en tiempo real sobre la composición exacta de cada ETF, pudiendo saber qué activos conforman nuestro fondo en todo momento. 

De esta forma, podemos llevar un seguimiento constante de nuestras inversiones y realizar un balance más preciso. Además, resulta de gran utilidad para tomar decisiones más informadas sobre el momento en el que debemos realizar cambios en nuestra cartera o cambiar de ETF si fuera necesario.

Riesgos de invertir en ETFs

Como cualquier tipo de inversión, los ETFs no están exentos de riesgos, por lo que es muy importante conocerlos para poder tomar mejores decisiones y reducir las posibles pérdidas.

Riesgo de mercado

Al igual que cualquier otro producto de inversión, los ETFs están expuestos a las fluctuaciones del mercado, lo que quiere decir que el valor de nuestras inversones pueden subir o bajar en función del contexto económico, los movimientos del mercado y otros factores externos. Si el índice que replica el ETF se ve afectado por una crisis económica o una recesión, el valor de nuestro ETF también puede caer.

Riesgo de seguimiento

Es la capacidad de un ETF para replicar con precisión el comportamiento de su índice subyacente. En algunos casos, un ETF puede no replicar el índice de manera precisa debido a factores como las comisiones o la composición de nuestra cartera, lo que poidría hacer que la rentabilidad sea ligeramente inferior a la de su índice de referencia.

Riesgo de contrapartida

En los fondos de inversión que utilizan instrumentos financieros derivados, como los ETFs de réplica sintética, puede existir también un riesgo de contrapartida. Esto quiere decir que si la entidad con la que se realiza la operación atraviesa dificultades financieras, nuestra inversión podría verse perjudicada.

Tipos de ETFs

Existen diferentes fondos de inversión, cada uno de ellos adaptado a necesidades de inversión específicas. Teniendo toda la información, podrás saber cuál es el ETF que mejor se adecua a tu perfil de inversor.

ETF de índices

Los ETF de índices son una opción muy popular entre aquellos inversores que buscan replicar el comportamiento de un índice de mercado específico. Siguen el rendimiento de índices amplios, como el S&P 500, el IBEX 35 o el NASDAQ 100. Ideales para quienes buscan una exposición diversificada a grandes mercados sin tener que comprar participaciones individuales en la bolsa.

  • Diversificación: se invierte en un amplio conjunto de acciones de un mismo índice.

  • Bajas comisiones: por lo general, los ETFs de índices tienen tarifas de gestión más bajas.

  • Simplicidad: son fáciles de seguir, ya que replican índices bastante conocidos.

  • Riesgo moderado: las posibilidades de pérdida se distribuyen entre muchas empresas del índice.


ETF sectoriales

Los ETF sectoriales se centran en una industria en particular, como la energía, la tecnología o la salud. Ideales para aquellos inversores que creen en el potencial de un sector específico y desean obtener exposición a él sin tener que comprar participaciones individuales.

  • Enfoque específico: se invierte solo en una industria.

  • Potencial de crecimiento: algunos sectores, como la inteligencia artificial, ofrecen oportunidades de crecimiento muy interesantes.

  • Volatilidad: en función del rendimiento del sector, pueden ser más volátiles.

  • Distribución sectorial: se invierte en múltiples compañías dentro de una misma industria.


ETF de materias primas

Los ETF de materias primas ofrecen a los inversores una forma fácil y líquida de invertir en productos como el oro, el petróleo o los metales preciosos, sin necesidad de comprar los activos físicos. Estos fondos de inversión replican el valor existente, permitiendo acceder a este tipo de mercados de una manera más sencilla.

  • Acceso a productos físicos: permiten invertir en commodities sin poseer los productos reales.

  • Cobertura contra la inflación: tradicionalmente, las materias primas como el oro han sido uno de los mejores refugios contra la inflación.

  • Riesgo de mercado: el precio puede ser altamente volátil.

  • Diversificación: añaden la posibilidad de diversificar nuestro patrimonio más allá de la compra de acciones.


ETF de renta fija

Los ETF de renta fija permiten invertir en bonos u otros productos de renta fija, como bonos del Estado o de empresas privadas. Suelen ser más seguros en comparación con las acciones de la bolsa y proporcionan ingresos predecibles a través de los intereses, por lo que pueden ser una buena opción si estás buscando opciones más seguras y estables. 

  • Mayor seguridad: suelen ser menos volátiles que los ETFs de acciones.

  • Ingresos fijos: ofrecen pagos regulares de intereses.

  • Estabilidad: ideales para quienes buscan proteger su capital.

  • Bajo rendimiento: generalmente ofrecen menores rendimientos en comparación con las acciones.

¿Cómo elegir los ETF más adecuados?

En cualquier estrategia de inversión de ETFs, es fundamental elegir el fondo de inversión que mejor se ajuste a tus metas financieras para obtener el máximo rendimiento de nuestro dinero a lo largo del tiempo.

Objetivos de inversión en ETF

Lo primero que debes preguntarte es si buscas una inversión a largo plazo o si prefieres una inversión más a corto plazo para aprovechar los movimientos del mercado más inmediatos. 

Los ETFs pueden ser útiles en ambas situaciones, pero algunos están diseñados para ofrecer crecimiento a largo plazo, mientras que otros se enfocan en industrias o productos que pueden ofrecer beneficios más rápidos.

Tolerancia al riesgo

Si buscas obtener mayores rendimientos y no te preocupan las fluctuaciones, puedes optar por ETFs más volátiles, como los que invierten en sectores emergentes o acciones de crecimiento. No obstante, si prefieres una inversión más estable y menos sujeta a fluctuaciones, puede que sean más recomendables los ETFs de renta fija o los que replican índices globales más amplios.

Diversificar

Un buen ETF debe complementar tu capital y brindarte la posibilidad de diversificar para reducir las posibilidades de pérdidas. Además, debes asegurarte de que el ETF que elijas invierta en una gama de productos, ya sea en diferentes industrias, países o tipos de activos.

Comisiones

También es importante que valores el precio de la compra y el mantenimiento de un ETF. Las tarifas de gestión pueden variar entre diferentes proveedores, por lo que es importante revisar todos los gastos y comisiones, ya que, de esta forma, podrás obtener un mayor rendimiento a largo plazo.

¿Qué tener en cuenta antes de empezar a invertir en ETFs?

Antes de lanzarte a invertir en ETFs, debes tener en cuenta una serie de factores para asegurarte de que estás realizando una inversión inteligente y que te ayudará a lograr tus metas financieras. 

1. Definir tus objetivos

Antes de comenzar a invertir, es muy importante que tengas claro cuál es la finalidad de tu inversión. ¿Estás invirtiendo para tu jubilación, para comprar una casa, pagar los estudios de tus hijos, o tal vez por un proyecto a corto plazo? De esta forma, podrás contar con una hoja de ruta que te ayudará a determinar cuál es la mejor estrategia de inversión para ti. 

Si tu objetivo es a largo plazo, podrás dedicar tus fondos a ETFs más estables y diversificados, mientras que si buscas ganancias a corto plazo, podrías optar por otros activos más volátiles.

2. Establecer un presupuesto

Una de las cosas más importantes antes de empezar a invertir en ETF es saber cuánto dinero vas a destinar y cuál va a ser tu horizonte temporal, es decir, cuánto tiempo estás dispuesto a mantener tu inversión. De este modo, podrás saber qué tipo de ETFs se adaptan mejor a tu situación financiera, ya sean ETFs de renta fija o ETFs de acciones.

3. Evaluar tu perfil como inversor

Cada inversor tiene una tolerancia diferente al riesgo. Por eso, antes de iniciarte en el mundo de los ETFs, es importante que reflexiones sobre tu propia disposición a asumir pérdidas. Si eres un inversor conservador, deberías considerar ETFs más seguros, como los de renta fija o aquellos que siguen índices de mercados estables. Por el contrario, si estás dispuesto a arriesgar más y buscas rentabilidades más altas, puedes optar por ETFs de acciones de la bolsa de sectores más volátiles o emergentes.

Estrategias para invertir en ETF

Dependiendo de nuestros objetivos financieros, posibilidades de pérdida y horizonte temporal, existen diversas estrategias que podemos adoptar a la hora de invertir en ETF. Algunas de las más interesantes son las siguientes:

Inversión pasiva (Follow the Index)

Esta estrategia consiste en seguir el rendimiento de un índice concreto, como el S&P 500 o el NASDAQ. Los ETFs que replican índices ofrecen una forma sencilla de obtener exposición a una gran diversidad de productos sin tener que elegir individualmente las acciones en la bolsa de valores. Una estrategia con comisiones bajas que puede ser muy interesante para aquellos que buscan una gestión mínima.

Diversificación geográfica

Invertir en ETFs de diferentes mercados puede ser una fantástica manera de diversificar tu dinero. De esta forma, no dependerás de un único país o región. Por ejemplo, puedes invertir en ETFs de países emergentes, desarrollados o incluso en ambos.

Inversión a largo plazo (Buy and Hold)

A largo plazo, la inversión en ETFs tiene como finalidad aprovechar el crecimiento de los mercados a lo largo del tiempo, por lo que puede ser una estrategia recomendable para aquellos que quieren mantener sus inversiones durante años, buscando beneficios a largo plazo sin preocuparse por la volatilidad a corto plazo. 

Inversión sectorial

En lugar de invertir en un índice amplio, también puedes optar por ETFs enfocados en sectores específicos de la economía, como tecnología, salud, energía o bienes raíces. De esta forma, podrás aprovechar sectores con un alto potencial de crecimiento, aunque hay que tener en cuenta que, debido a la concentración en un único sector, las pérdidas también pueden ser mayores.

Rebalanceo periódico

Esta estrategia implica realizar cambios en tu cartera de ETFs de forma periódica para mantener una asignación de activos que vaya acorde con tus objetivos. Con el tiempo, algunos ETFs pueden aumentar más que otros, por lo que podría ser recomendable vender una parte de los productos con los que se han obtenido más beneficios y que compres más de aquellos que tengan un valor más bajo para generar beneficio en el futuro. De esta forma, podrás diversificar y equilibrar tu capital.

¿Cómo invertir en ETFs?

Invertir en ETFs es un proceso sencillo incluso para aquellos que están empezando en el mundo de las inversiones. A continuación, te explicamos cómo invertir para que puedas lograr la máxima rentabilidad posible:

Abre una cuenta de valores

Lo primero que debes hacer es abrir una cuenta de valores, ya sea en tu banco habitual o en un bróker online. El proceso suele ser sencillo y, en la mayoría de las plataformas, se realiza de manera 100% online. Normalmente, sólo es necesario proporcionar tus datos personales y realizar un proceso de verificación de identidad, que puede que requiera de una videollamada o de facilitar una serie de documentos.

Establece tu estrategia

Antes de hacer cualquier transacción, es importante tener clara tu estrategia de inversión. Decide cuánto dinero estás dispuesto a invertir y la periodicidad con la que quieres realizar tus aportaciones (mensuales, trimestrales, etc.). 

De esta forma, podrás mantener el rumbo y evitar tomar decisiones impulsivas. Pero también es recomendable que definas tu tolerancia al riesgo, ya que algunos fondos de inversión pueden ser más volátiles que otros.

Una vez tengas tu cuenta activa y que hayas definido tu estrategia, podrás proceder a la compra y venta de ETFs.  

Rentabiliza tu inversión gracias a Mintos

Como puedes ver, invertir en ETFs es una forma muy eficaz de diversificar tu capital y acceder a una amplia gama de productos con una única inversión. Gracias a ello, podemos invertir en diversos activos como acciones de la bolsa de valores, bonos o incluso materias primas, todo dentro de un único producto, lo que reduce considerablemente el riesgo frente a la inversión en acciones individuales.

Sin embargo, para poder construir un patrimonio sólido y bien equilibrado, es muy importante que entiendas bien cómo funcionan los fondos cotizados, los riesgos que conlleva, estar al tanto de las tendencias y cuáles son las mejores estrategias a seguir. 

No importa si estás empezando o si ya eres un inversor experimentado, con una buena planificación y la estrategia adecuada, podrás aprovechar todos los beneficios de la compra de ETFs.

Además, en Mintos te lo ponemos muy fácil. Te ofrecemos una forma fácil de invertir en ETFs, adaptándonos a tus necesidades. Contando con un proceso de evaluación de idoneidad que garantiza que tu inversión esté alineada con tu perfil, de manera que puedas maximizar el potencial de tu portafolio.

Además, el hecho de poder empezar a operar desde solo 50 EUR hace que cualquier persona, independientemente de su capital inicial, pueda comenzar a diversificar su patrimonio a travé sde productos como los ETFs. 

Con la posibilidad de diversificar aún más tus fondos con otras alternativas de inversión, creando así un portafolio sólido y bien equilibrado. Una fantástica opción para optimizar tus inversiones y reducir los riesgos.

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